03 noviembre, 2007

La propia Sed



Última canción


Si aún puedes

óyeme, río de cristal, ave

matutina. Óyeme

luminoso hilo tejido por la nieve,

esquiva y siempre aplazada

señal del paraíso.

Óyeme si aún puedes,

devastador deseo,

cobrizo animal de la alegría.

Si no eres alucinación

o espejismo o quimera, óyeme

aún: ven ahora

y no en la hora de nuestra muerte

dame de beber la propia sed.

Eugénio de Andrade


Eternos no seremos, pero óyeme si aún puedes. Cantemos.

Cantemos.

6 comentarios:

Fackel dijo...

Impresionante Eugènio de Andrade, ¿verdad? Y lo teníamos tan desconocido...Cantemos, pues.

Anónimo dijo...

Y aun siendo alucinación o espejismo, óyeme.

saiz dijo...

La referencia a "dame de beber mi propia sed" me sugiere el deseo de desear.

El mayor grado de apatía o desgana es precisamente cuando no se desea nada, y entonces quien lo sufre desea desear.

Puede parecer que un estado de ausencia de deseo es confortable porque, al no desearse nada, no se carece de nada: no se echa en falta nada. Pero esto no es, en absoluto, así: Quien no tiene ganas de nada, en realidad tiene ganas de algo: de tener ganas.

Quien nunca tiene hambre ni sed, en el fondo tiene hambre de hambre; sed de sed.

Quien no desea echa de menos desear.

Paralelo 49 dijo...

Gracias a todos por vuestra companhía y disculpad mi torpeza en no contestar antes.Es el simple deseo de no cortar conversción o debate.

Gracias y tened una tarde acogedora.

Anónimo dijo...

...ya sabía yo que en el fondo eras un pájaro.

Anónimo dijo...

...un pájaro que no puede volar lo único que puede hacer es cantar su muerte...