Qué sutil se traza la línea azul, índigo de tus montañas. Qué límites, qué profundidad, qué celeste territorio… A qué lejano confín se fue tu gesto.
¿Qué corteza?, ¿En qué abedul, tu nombre…Druida?
Qué luz -no posible- alumbra tu inexplicable y bendita vida;
Qué misterio
¿Navega el mar en el aire? ¿Vuela la materia en el espíritu?
¿Qué olor?, ¿qué labio?
Qué rumor…
Allá. Entonces. Desde lo más alto.