"Todo en nosotros fluye como savia, como el agua de la palabra cuando, con acento y sin él. Somos adverbios de lugar sin lugar..."
Juan Vicente Piqueras
7 comentarios:
Anónimo
dijo...
Todo en nosotros se sedimenta como arena, como dunas que acumulan experiencias y se hacen y deshacen, como estructuras que se frustran y desaparecen bajo las pisadas de las caravanas. Somos adverbios de tiempo, sin tiempo, recitaciones que toman el relevo unas tras otras hasta perder entre las nubes de las memorias ajenas...
(no me salió tan bien como a Piqueras, pero con la emulación quería colar los adverbios de cada día en cada carne, jaj)
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Todo en nosotros se sedimenta como arena,
como dunas que acumulan experiencias y se hacen
y deshacen,
como estructuras que se frustran
y desaparecen bajo las pisadas de las caravanas.
Somos adverbios de tiempo,
sin tiempo,
recitaciones que toman el relevo
unas tras otras
hasta perder entre las nubes de las memorias ajenas...
(no me salió tan bien como a Piqueras, pero con la emulación quería colar los adverbios de cada día en cada carne, jaj)
Ajá...
Muy buen ejercicio, el suyo.
La palabra carne...
¿Por qué los puntos suspensivos...?¿No le parece, fräulein V., que la palabra carne es demasiado propia e intransferible?
Me da que pensar. Me atrae. Me tienta.
como un callejón de suelo empedrado,
Sombras alargadas, secretos al oído
Precisamente eso, quebrantar lo instransferible
pero...¿cómo se quebranta lo más inquebrantable que se supone que es lo más intransferible?
No me diga que se va a fíar de lo que le diga una maltrecha, que desea por desear, busca por buscar...
De la limitación por la limitación.
Y todvía se fía de mí? Eso sí que es bueno. je.
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