16 agosto, 2006

de Lugar


(Este poema--como la lluvia- es también un adverbio de tiempo. A veces llueve; a veces lo recuerdo.
A veces:
Siempre...)


LLueve..

Adverbios de Lugar

Aquí es donde estoy yo. Esté donde esté
yo siempre estoy aquí donde me ves.
Esta casa, estas caras, estas cosas
cansan, porque aquí cansa.
Aquí hace sed de irse, sed de allí.
Pero allí es el lugar donde jamás podré estar,
donde yo soy imposible. Vaya adonde vaya,
allá donde yo llegue será aquí
y estaré ya esperandome a mí mismo
con un ramo de rosas iguales en la mano.

Ahí es tu aquí.
Ahí parece un grito porque es donde te duele.
Yo quiero estar ahí, donde estás tú,
tú aquí o, mejor los dos allí, remotos, juntos
porque lo vivo es lo junto.
Ahí hay el amor que no hay aquí.
Esas cosas tocadas por tus manos,
eso que piensas, dices, callas, sueñas,
esos lugares donde estás sin mí,
eso deseo, eso necesito.
Y ser tu ahí, tu aliento intercalado.

Allí es la salvación, el espejismo
nacido de la sed de estar aquí.
Allí sí que seriamos felices,
donde tu aquí, y mi ahí estarían juntos,
comerían perdices que no existen.
Allí es la lluvia aquella
que cae sobre este páramo sediento.
Allí es Jauja, el Dorado. No hay palabras
que puedan dar idea de aquel sitio.
Las palabras son éstas, nonca aquellas.

Yo estoy aquí y tú ahí y allá nosotros cuándo.
Esto es piedra. Eso es seda. Aquello es mar.

Aquí, hogar imposible, íntima ausencia,
odiado domicilio, cárcel de cada día.

Ahí, calor del tú, tu vida mía,
tesoro de tu isla, aire de amor.

Allí, es donde no estamos, llueve sobre la vida
que nunca será nuestra y nos aguarda.


Juan Vicente Piqueras


9 comentarios:

Gonzalo Paredes dijo...

Lo leo. Lo estoy leyendo. Sigo leyéndolo. Seguiré leyéndolo hasta captar todo su sentido, que es mucho.

Saludos...

Gregorio Luri dijo...

Te devuelvo la visita y me siento tan cómodo aquí que decido llevarme tu link para mi Café de Ocata.

Isabel Barceló Chico dijo...

Un poema bellísimo y tan desencatado...Saludos muy cordiales.

Paralelo 49 dijo...

Quizás Brick el truco sea ese, repetir la lectura una y mil veces y que cada vez suene distinto. Con todo su sentido o a mitad de camino.
Eso sí, tan sólo quizás...


Saludos, cuídese.

Paralelo 49 dijo...

Gregorio, muchas gracias por ese cabo que ahora me une al Café con vista al mar, que no tengo.

Me alegro que te sientas cómodo. Deténte todas las veces.

Me quedo por Ocata descubriendo las métaforas y leyendo el rastro de un paseante y su sombra.

Paralelo 49 dijo...

Gracias Isabel por tu apreciación. Es un placer que la gente lea y sienta y le sugiera... y cómo no, que lo cuenten.

A mí me inquieta la piel de la piedra y sus miradas como un interrogante al que respondes, y descifras.

Bienvenida, saludos, muchos.

Gonzalo Paredes dijo...

Cada vez emerge -como las olas del mar- un sentido distinto, fragmentario, temporal... como las olas del mar, que jamás son las mismas y no se repiten...

Señora: reverentes, admirados saludos para usted.

Paralelo 49 dijo...

Sí Brick, como las olas de mar, o el vuelo de un pájaro que dibuja su dirección en diferentes alturas.
Como sentir la felicidad de cuando uno, ya no tiene veinte años...

Saludos, (usted tiene una espada verdad?)

Paralelo 49 dijo...

En el mensaje a Gregorio Luri, donde dice "Deténte" quise decir "Detente" sin tilde. Las tildes bailan, (y yo con ellas).