T.

Mi sobrina T.

¿Quién te hará esos horribles corazones para colorear, T.?
No me extraña en absoluto que estés tan enfadada.

Este asombro

II

(...)


Nadie renuncia nunca a su universo,
al eco sucesivo de sus constelaciones.
Nadie deja en el suelo, bajo los pies de los que pasan,
lo único que tiene.
Nadie guarda mi fuego, sino yo.

Basilio Sánchez

Deshabitado

Ajena a todo
cruzaré el silencio
por hallar la razón, el aliento

en lo deshabitado