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(...)
Las cosas
tienen voz, tienen bordes interiores
a los que nunca llega la caricia,
porque nunca la mano llega a tocar lo que el misterio toca.
Parecen quietas y calladas, pero
nunca deja de hablarnos su silencio:
son lo mismo que el agua,
que nunca se detiene ni pregunta, sólo
transcurre, y es un canto
de vida su transcurso.
Pedro A. González Moreno
(Media hora y apago la luz.
Dulces sueños)
6 comentarios:
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?¿
( cuando es tacto suave de seda, el silencio envuelve el rumor del misterio de las cosas)
que preciosidad, que suave....
a media luz
Sí, suave como estas tardes de octubre y su sol oblicuo
el equipo de DECIR LO INDECIBLE agradece su visita
(decir-lo-indecible.blogspot.com)
¿eso es una máquina? porque suena a respuesta en serie... :))
No hay de qué
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