Última canción
Si aún puedes
óyeme, río de cristal, ave
matutina. Óyeme
luminoso hilo tejido por la nieve,
esquiva y siempre aplazada
señal del paraíso.
Óyeme si aún puedes,
devastador deseo,
cobrizo animal de la alegría.
Si no eres alucinación
o espejismo o quimera, óyeme
aún: ven ahora
y no en la hora de nuestra muerte
dame de beber la propia sed.
Eugénio de Andrade
Eternos no seremos, pero óyeme si aún puedes. Cantemos.
Cantemos.
6 comentarios:
Impresionante Eugènio de Andrade, ¿verdad? Y lo teníamos tan desconocido...Cantemos, pues.
Y aun siendo alucinación o espejismo, óyeme.
La referencia a "dame de beber mi propia sed" me sugiere el deseo de desear.
El mayor grado de apatía o desgana es precisamente cuando no se desea nada, y entonces quien lo sufre desea desear.
Puede parecer que un estado de ausencia de deseo es confortable porque, al no desearse nada, no se carece de nada: no se echa en falta nada. Pero esto no es, en absoluto, así: Quien no tiene ganas de nada, en realidad tiene ganas de algo: de tener ganas.
Quien nunca tiene hambre ni sed, en el fondo tiene hambre de hambre; sed de sed.
Quien no desea echa de menos desear.
Gracias a todos por vuestra companhía y disculpad mi torpeza en no contestar antes.Es el simple deseo de no cortar conversción o debate.
Gracias y tened una tarde acogedora.
...ya sabía yo que en el fondo eras un pájaro.
...un pájaro que no puede volar lo único que puede hacer es cantar su muerte...
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