13 diciembre, 2006

Conjuros I



"... y la luz empañada "


Tu ráfaga, tu huída.

Mi verdad, mi signo.


Que no haya un río tan ancho

y siempre un puente que lo cruce.




10 comentarios:

Gonzalo Paredes dijo...

Siempre hay puentes. Siempre.

Siempre.

Se le saluda.

Paralelo 49 dijo...

La verdad es que no lo sé. Puentes aereos esos sí que los conozco.

Mucha suerte en todos tus proyectos.

Le saludo y le deseo una bonitos días navideños o no.

Anónimo dijo...

¿Qué conjuraba usted, v.? (pregunto demasiado)

Paralelo 49 dijo...

El fulgor de las apariciones.


V.

Paralelo 49 dijo...

No se preocupe de la intensidad.

Anónimo dijo...

El problema no es el fulgor, sino el deslumbramiento de las apariciones...pero tampoco me preocupa su intensidad...pero las apariciones son necesarias (además de sorprendentes)

Paralelo 49 dijo...

Por eso F, invoquemos a visiones, pero dime, no es ese fulgor el de tus invocaciones?

Anónimo dijo...

El fulgor se abre paso (mi invocación es un click)

¿Sabes, V.? Hasta estos días estaba bien, pero observo de pronto un paisaje de masa desaforada, sedienta, ansiosa, que no me gusta nada. Ahí sólo la obscuridad (y huyo huyo huyo...) Mi solsticio no es esto. Cuídese, V. Presérvese de la masa. Reconcíliese con el silencio. Alúmbrese con otras teas.

Paralelo 49 dijo...

Huye, Fackel huye. Luego lanza una flecha.

Me alumbro con mariposas de aceite y mira que encuentro en las grietas de la noche Hay algo noble en todas las espadas./ Hay algo noble en todos los jinetes.... Hay espadas que empuñan el entusiasmo/y jinetes de luz en la hora oscura

Anónimo dijo...

Cuando todo esta calmo, en silencio y leo esos versos de Martínez Mesanza, una se preguntan. ¿Todas las luces apuntan a la oscuridad?