Tengo la creencia, la solidez de una fe inexpresable fundada –como las religiones- en ningún hecho demostrable, que cuando uno está descalzo es más sincero. Muestra el ángulo más fiel, más legítimo: más verdadero. Quizá sea esa la única mirada que no recoja el espejo.
(encontrado)
14 comentarios:
yo siempre he tenido la creencia -fe infundada expresable- de que uno no se siente como en casa en ningún sitio hasta que no se quita los zapatos...
Y a veces ni así.
Agradezco el interés de haberte leído el blog entero.
a veces, revisando fotos antiguas, me asombro de lo cambiado que está el mundo con respecto al siglo pasado, cuando los pescadores faenaban descalzos en pleno invierno y morían de reuma antes de los cuarenta.
ahora nos dedicamos a mantener explotados a los niños del tercer mundo haciendo zapatillas nike de mil colorines.
Señora: comprendo, comparto y avalo su posición.
Un cordial saludo.
No los vi en fotos antiguas elkenarra, pero sí recuerdo esas pinturas de pescadores descalzos. Llevan la sal consigo a todas partes.
Seguramente no reparemos en el verdadero valor y la vida que se deja en cada una de esas huellas de Nike...
¿Se descalza usted también Brick?
Es bueno, aunque esté uno más expuesto y vulnerable.
Es cierto que el suelo a veces hiere, pero no sería lo mismo acercarse al mar con zapatos.
Saludos
ha sido un placer, yo agradezco el blog entero. muchísimos besos
Me descalzo. Diría que estoy aprendiendo cuánto vale el andar sin zapatos. Es como usted dice.
Otro saludo.
Pues yo he tenido la suerte de poder quitarme los zapatos cada vez que visito este rinconcito. Sólo así me siento bien, sin necesidades de tacones ni apariencias.
No poner frenos a los pensamientos ..... por muy cobardes que estos sean, por muy avanzados en el tiempo.
Lo poesía con frenos y tapujos no es poesía, es censura.
¡Viva Zapata!
Me alegra saberlo Rachel... de veras. Gracias.
Anónimo: aquí no se pone freno a la poesía. ¿Dónde has visto eso?
Aunque he de decir que los comentarios que están fuera de lugar, están eso: fuera de lugar. Aunque eso...ya es otra historia.
Descalcémonos, pues, en aras de la sinceridad...
Qué bien. Cantar descalzo tiene buena pinta.
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